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Lo que comenzó como una reunión informal de verano de los miembros de un grupo de antirracismo dentro del departamento de genética de la Facultad de Medicina de Harvard (HMS por sus siglas en inglés) se ha convertido en mucho más, y ahora es una nueva forma en que los científicos y los miembros del personal de intendencia de la escuela estrechan sus vínculos y encuentran maneras conjuntas de protegerse del COVID-19.
“El Grupo de Antirracismo del Departamento de Genética de la HMS realizó sesiones de solidaridad diarias frente al Nuevo Edificio de Investigación (NRB por sus siglas en Inglés) después de que le dispararan [en agosto] a Jacob Blake, pidiendo la adopción de medidas antirracistas y haciendo un llamado a todos los miembros de la comunidad de HMS a concientizarse frente a la brutalidad policiaca", dijo la investigadora de genética Marta Florio. “Aunque las instituciones esten bastante limitadas en cuanto a la rapidez con que pueden promulgar el cambio, nosotros como individuos, podemos hacer mucho para reformar nuestra cultura, empezando aquí en nuestra propia comunidad”.
Mientras que la mayoría del personal de HMS continuó trabajando y aprendiendo a distancia el verano pasado, el ambiente de muchos laboratorios volvio a la vida después de los cierres iniciales debido al coronavirus.
Después de pasar unos meses inusualmente tranquilos en la avenida Louis Pasteur en la
primavera, la ahora asamblea regular de miembros del departamento de genética reunidos frente al NRB llamó la atención de Jean Phane, delegado del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios del Local 615 para los miembros del personal de intendencia del primer turno en la HMS. Se acercó a los investigadores y se enteró de que habían estado discutiendo las pautas de seguridad del laboratorio y las pruebas de coronavirus de la Universidad.
Phane, recordó Florio, expresó su preocupación por el hecho de que los miembros del personal de custodia, muchos de los cuales no hablan inglés como primer idioma, pudieran carecer de acceso a las comunicaciones de la Escuela acerca del COVID-19 y, potencialmente, pudieran sentirse menos cómodos al adoptar las plataformas de pruebas de coronavirus y de certificación de la salud de la Universidad, basadas en la web, necesarias para acceder a los edificios del campus.
Con una invitación abierta de Florio y colegas del departamento de genética como Yasmín Escobedo Lozoya e Israel Pichardo-Casas, hablantes nativos del español que podrían ayudar a superar las posibles barreras de comunicación con el personal que no habla inglés, Phane animó a su equipo a llevar sus preguntas a los “expertos residentes” de la escuela, los investigadores de genética.
En las semanas siguientes, en dúos y tríos, dispersos por las escaleras de Gordon Hall, justo al lado de Quad de la HMS, empleados de intendencia y científicos comenzaron a charlar (en español e inglés) sobre una gama cada vez más amplia de temas de salud, desde pruebas de coronavirus relacionadas con el trabajo y protocolos de seguridad hasta la gripe, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
"Nos conocimos, creamos una amistad", dijo Phane, "Marta y su grupo respondieron nuestras preguntas sobre el coronavirus, nos explicaron la ciencia y nos ayudaron a configurar las aplicaciones que necesitábamos para las pruebas y el rastreo de contactos. Ese apoyo no tiene precio".
“También hablamos del impacto del COVID en sus familias. Esto es lo que significa ser una comunidad, cuidar de los nuestros; y a veces solo comienza con escuchar las inquietudes y necesidades de los demás”, Florio agregó.
"Los conserjes son trabajadores esenciales, por lo que estamos aquí en el campus a pesar de los riesgos", dijo Phane. "Los investigadores nos ayudaron a sentirnos más cómodos y nos dieron la motivación para venir todos los días a apoyar a quienes nos apoyaron".
Al estar más en sintonía con quienes dentro de nuestra propia comunidad son vulnerables, carecen de privilegio y necesitan ser escuchados, podemos acercarlos y trabajar juntos, coordinándonos a través de los niveles de la organización logrando una soluciones más inmediata. Una conversación puede convertirse en acción muy rápidamente.
Marta Florio, la investigadora de genética